Parón

Ha llegado. Hoy se acaba. No sé cómo ha llegado, casi ni me enteré. Pero al final estoy precisamente en el final.
Empecé en Junio, y ya empezado Agosto digo adiós. Desde que acabé las clases no he tenido "tiempo libre", y ahora no sé muy bien que haré. Bueno, sí lo sé...¡septiembre está ahí!. Pero yo sigo aquí, y no quiero pasar todo Agosto pensando en Septiembre...que se me va a poner celoso.
El tema es que tengo ganas de parar, pero a la vez me sale la lagrimilla, porque soy consciente de que esto es posible que tarde en volver a pasar, soy consciente de nuestras limitaciones, compañeros.
Eso sí, tener tiempo para mi, para él y para otros me alegra y siento cosquillitas en la barriga, de estas que aparecen cuando realmente no sabes muy bien que va a pasar pero tienes ganas de que pase, de bañarte en ríos, de comer "torrà de xulles", de dormir siestas infinitas, de ver la tele (¿?) o no...
Así que acabó el kit kat y empezó el parón. Vuelvo a vosotros.

Dolor

Nunca imaginas que un día no podrás hacer cosas que hasta entonces no tenías problema en hacerlas...Suele pasar y todos vivimos situaciones como estas, algunas más traumáticas que otras, muchas relacionadas con el paso del tiempo, pero otras no...Y yo hoy estoy en una de ellas. Tengo una quemadura en la axila (para ser más fina). No pregunteis como me la he hecho, aquellos que tengais que saberlo lo sabreis (sí, en parte me avergüenzo de ello). La cuestión es que todo iba bien, hasta que dejo de "irlo"...¿Por qué?. Pues no sé, pero se infectó y ahora es una horrible herida con pus...(y mientras pienso: ¿por qué estoy diciendo esto?). La cuestión es que duele, y mucho, y no puedo mover el brazo a mi antojo, y lo llevo todo el día en jarras, como una fallera mayor, o en alto, que cuando se me cure la herida tendré jodido el hombro. Y esto de no poder moverte como te dé la gana, de estar todo el día pensando en un sobaco, pues la verdad, me jode, me atormenta y me duele. Y vuelvo a pensar: ¿pero es necesario el dolor para algo?...¿cura?.
Mientras divago siento que los pinchazos que me dan me han cesado un poco. Otro día contaré con más detalle la historia de la axila chamuscada, cuando a parte del dolor físico haya superado el dolor moral.