Burbujas

miércoles, junio 15, 2005

Hacer

Estoy rara.
Esta es una época que siempre me deja un poco estraña. Es como si tuviese que hacer muchas cosas, no tuviera tiempo para hacerlas, pero a la vez no estoy todo lo puesta que debería. Como si tuviese que tener una tensión que a la vez tengo y no tengo. Como si no hiciese nada mal pero tampoco lo estuviese haciendo bien del todo...
Es un año más, y no sé que pensar...Otro año haciendo las cosas medio bien...Pero es que a veces, también pienso que estoy en una etapa de mi vida en la que estoy viviendo algo que nunca había vivido, conociendo gente que me está marcando, haciendo cosas nuevas...no sé si debería centrarme tanto en una cosa como para perder las demás...
Llevo un mes de regla permanente, en el que estoy susceptible a todo y a la vez nada me importa en exceso...Esto de los exámenes destroza a cualquiera.

miércoles, junio 08, 2005

Crispados

Según un diario internacional (de cuyo nombre no consigo acordarme), España está más dividida que nunca. Se hacía este comentario a raíz de la manifestación que el sábado pasado tuvo lugar en Madrid, para protestar contra la política terrorista que pretende llevar a cabo el Gobierno.
Y yo, para no variar, me indigno.
La Asociación de Víctimas del Terrorismo convoca una manifestación a la cual va toda la cúpula del Partido Popular, partido que después sólo sabe hablar del éxito rotundo de la manifestación. Lo que no cuentan es que ellos mismos fletaron autobuses para que toda España estuviese en Madrid. Me crispa la estrategia propagandística de este partido ¿qué queréis que os diga?. Sé que lo de fletar autobuses no es un hecho único y particular de los populares (populistas), pero es que entre eso, lo de invitar a paellas gigantes…
¿Seguro que eso no es usar a la gente? Tanto que ellos se quejan de la traición que Zapatero está haciendo a las víctimas, yo creo que usar ese dolor, con fines electorales, tan cerca de unas elecciones autonómicas que tanta importancia tienen para ambos partidos, también es traicionar y no ir de cara.
¿Por qué es Zapatero un embustero, como se gritaba en la marcha? Que yo sepa, no dijo que no hablaría con ETA y lo ha hecho. Además, que yo sepa también, todos los gobiernos hasta la fecha han intentado dialogar con los terroristas para terminar (o al menos eso creíamos) con la violencia en el País Vasco. Realmente, lo que sí que no sé, es si interesa ese final.
Por otro lado, y aunque también se que no se debe mirar continuamente atrás, me sorprende que un partido que hizo oídos sordos a su pueblo cuando le pedían un rotundo NO a la Guerra de Irak, ahora pide tanta comprensión. Están en su derecho, sí, pero me parece de un cinismo desmesurado que Rajoy se indigne porque ZP no hace caso a la “manifestación más grande desde la transición” ¿ein? Un millón de personas es una importante cifra, eso nadie lo niega, pero ¿va a decir usted que el 15 de Febrero de 2003 no habían más de un millón de personas repartidas por toda España protestando por la ayuda incondicional que se le estaba prestando a Bush en su búsqueda de inexistentes Armas de Destrucción Masiva en Irak? Una cosa es no mirar con insistencia al pasado, y otra no tener ni un ápice de memoria, cuando además, el Gobierno de Aznar no refrendó su decisión en el Parlamento, y el Gobierno socialista sí lo ha hecho.
Aun hay más. Según mi modesta opinión, lo que realmente queremos es que se deje de matar, que ETA acabe ya con las amenazas. Pero somos tan dignos que, en democracia, hablar es bajarse los pantalones. Siempre me habían dicho en el colegio que un demócrata tiene la tolerancia suficiente como para poder hablar con quien sea para conseguir la paz y la seguridad en su Estado. ¿Acaso negociar es ceder? ¿A caso si unos ceden y otros también no es posible que ganemos algo más los que deseamos que se acabe la violencia etarra? Ellos ¿qué ganan?, territorio, independencia, presos…Nosotros, vidas. ¿Es comparable?

martes, junio 07, 2005

Exámenes

Ayer empezaron, otra vez, los exámenes.
Es, por supuesto, una etapa que no gusta a nadie. Sobre todo molesta en verano, cuando lo que más apetece es salir, tomar el sol…
Pero bueno, supongo que los estudiantes estamos acostumbrados a estas temporadas de reclusión en casas y bibliotecas.
Pero a mi, lo que más me llama la atención es el cansancio post-examen.
Y no me refiero a cuando acaba la época de controles y ya has acabado del todo, y te das cuenta de que tienes la espalda como una piedra, y entonces tus padres te dicen que se trata de la tensión acumulada. Aunque esto también es algo digno de asombro (como el propio cuerpo rechaza los exámenes), yo me refiero fundamentalmente a cuando se acaba un examen, sea el primero, el último o alguno del medio. Me suelo encontrar agotada, además de ansiosa y con una gran necesidad de azúcar.
Sé que se dice que durante un examen se quema una barbaridad de glucosa, pero hasta llegar a la Universidad nunca había notado esa carencia al finalizar un test.
Seré normal, ¿no?...Yo igualmente, después de cada examen me tomo un refresco y como nueva.

viernes, junio 03, 2005

Opinión

¿Qué pasa con la juventud?
¿Cuántas veces tenemos que escuchar precisamente los jóvenes esta cuestión?
Actualmente los adolescentes y los jóvenes, en general, estamos en el punto de mira de muchas de las noticias que invaden los telediarios: suicidios de adolescentes a causa del acoso de sus compañeros, chicos que pegan y maltratan a sus padres, botellón, drogas, violencia callejera...Realmente ¿qué está pasando?¿Qué estamos haciendo mal para que esto parezca que se desborda?
No adoptaré un tono paternalista, pero es cierto que algo pasa. Hay varios factores que podríamos analizar.
La educación en los colegios es cada vez
más complicada. Es mucho más difícil controlar a chavales con 16 (o hasta 18) años que a niños de 14, que además tienden a copiar el modelo de los mayores del cole. Puede que por eso, cada vez empiecen a "revolucionarse" antes.
Pero no todo queda ahí. La autoridad de los profesores cada vez se diluye más ante unos padres que defienden a sus hijos de lo indefendible, que los amparan de todo y acusan a la escuela de todos los males sociales. Posiblemente también están obviando su
responsabilidad. Los valores se aprenden, sobre todo, en casa. La diferenciación entre el bien y el mal también. Y los jóvenes hacemos cosas mal, por supuesto, pero necesitamos que nos lo digan y que nos apoyen cuando las hacemos bien. Hemos de aprender a aceptar un no y a celebrar un sí.
Y por último no debemos olvidar los
medios de comunicación (nosotros más que nadie no podemos olvidarlos). Éstos tienen una importante labor en la educación y la forma de ver el mundo de la juventud. Pero no sólo eso, sino que también tienen una importante influencia en la forma de ver el mundo de los adultos. Y digo esto porque, aunque no niego el problema, algunas veces la prensa se centra en un tema, y de pronto parece que todo lo relacionado con él vaya muy mal (recordemos, por ejemplo, cuando parecía que en todas las residencias de mayores ataban a las personas a la cama). ¿Qué pasa con esos jóvenes "normales" que estudian y que posiblemente representen un mayor porcentaje? Hay una tendencia en nuestros medios informativos a mirar la audiencia a la hora de elegir las noticias. Me pregunto si eso también influirá en la visión social de la juventud.
Lo que sí parece evidente es que la responsabilidad no es sólo de los jóvenes, amparados por una
Ley del Menor que, posiblemente, también es demasiado laxa, ni sólo del colegio, ni sólo de los padres, ni sólo de la televisión. Pero debemos también pensar que somos los jóvenes los que conformaremos la sociedad del mañana, y por lo que parece será una sociedad cada vez más individualizada y menos preocupada por los demás, acostumbrada a la defensa continua y a no aceptar los errores. ¿Estamos dispuestos a ello?

miércoles, junio 01, 2005

Comenzar

Me duelen ya las rodillas y los ojos.
Me cuesta pensar y mantenerme serena y concentrada.
Todavía no sé donde me encuentro, en que punto esto dentro del proceso.
Pero siento que he de comenzar a despertarme y observar mi alrededor y mi interior.
He de despejar mis dudas y recabar información de todo aquello que vea o lea.
Sé que es lento, costoso y aburrido. Sé que, a veces, cansa, que parece que nunca veas la cinta de meta, que, en ocasiones, sientas temblar tus piernas y tu pulso y pienses que debes renunciar.
Pero entonces, yo suelo recordar lo mucho que me ha costado este despertar, las horas desaprovechadas si también desaprovecho esto.
A veces esto me ayuda a recuperar alguna fuerza y abrir mis ojos hacia el nuevo horizonte.
Aunque ahora estoy cansada y quisiera que el sueño no hubiese acabado, la realidad es que sí lo ha hecho, y he de empezar a plantearme que lo mejor será lavarme la cara, si no quiero caer con legañas en los ojos. Lo mejor será empezar.